El Papa emérito Benedicto XVI falleció en su residencia de El Vaticano donde pasaba su retiro como Sumo Pontífice tras haber renunciado a su mandato en 2013. El antecesor del Papa Francisco nació en Alemania en 1927 con el nombre Joseph Aloisius Ratzinger, y tuvo una infancia marcada tanto por el régimen Nazi en su país natal como por la Segunda Guerra Mundial, donde llegó a ser prisionero de guerra.
Fue ordenado como sacerdote en 1951, se convirtió en teólogo y un referente en escritos sobre religión. En 1977 fue ordenado Arzobispo de Munich y posteriormente fue ordenado Cardenal por el entonces Papa Juan Pablo II. En 2013 fue elegido Sumo Pontífice en el cónclave.
Su Papado duró 8 años marcados por crisis y escándalos, algunos señalaron posibles encubrimientos de abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos, y que la acción del Santo Padre había sido nula o insuficiente. Por otro lado, su Pontificado estuvo marcado por graves hechos de corrupción en el seno de la Iglesia.
Su renuncia en 2013 consumó un hecho que no ocurría hacía 800 años, siempre adujo problemas de salud aunque se cree que aceptó que la Iglesia necesitaba una serie de reformas que él no estaba dispuesto a realizar, ya que representaba a los sectores más conservadores de la Santa Sede. Su salida dio paso al Papa argentino Francisco, más cercano a la Teología del pueblo y que abrió una perspectiva mucho más transformadora para la fe Católica.