En los últimos años la mal llamada «grieta» generó un sin fin de personajes dentro de la política que podrían calificarse de muchas maneras. Desde personajes salidos de los lugares más extraños como Javier Milei, como otros que son productos de malos cierres de lista.
Guillermo Moreno fue en su día el funcionario maldito del Gobierno Kirchnerista. Durante su gestión las portadas de Clarín y los informes de Lanata lo mostraban como un ser violento, que mentía los números de la inflación y amenazaba empresarios.
El tiempo comenzó a mostrarlo como un kirchnerista furioso que representaba la pureza ideológica en el peronismo. Pero tras buscar lugares en las listas de 2019, y que se lo negaran se transformó en opositor. Fundo su partido Principios y valores, y se transformó en un docente de ciencias políticas que va a la televisión a analizar la ideología política de los dirigentes argentinos.
Un fenómeno similar ocurrió con Santiago Cúneo. Quien fuera dirigente radical, y luego apoyara las aspiraciones presidenciales de Mauricio Macri, hoy parece ser el vigía del nacionalismo argentino a rajatablas. Durante el gobierno de Cambiemos denostó al macrismo llamándolos régimen de ocupación y traidores a la patria.
Pero por sus fuertes críticas a la AMIA y la DAIA fue despedido del Canal Crónica. Desde dicho momento fundó Canal 22, su espacio en YouTube. Desde allí lanzaba insultos y groserías contra el gobierno de Macri, incluso se fotografió con Máximo Kirchner, puesto que soñaba ir a una PASO contra Axel Kicillof en la Provincia. Esto le fue denegado y compitió por fuera.
En dicha elección tuvo números magros, y no obtuvo nada del naciente gobierno de Alberto Fernández. Desde ese momento se volvió un abyecto opositor, que insultaba al Presidente a Cristina y a todo el mundo. Hoy propone en su canal reemplazar la República por una Confederación. Y apuesta estar en el debate para insultarlos a todos en cadena nacional.
El problema de estos espacios hoy en día tiene nombre y apellido, Juan Grabois. La postulación de Sergio Massa parecía un escenario ideal para que muchos votantes del Kirchnerismo elijan terceras que clamaran pureza doctrinaria. Pero la candidatura del dirigente social, es un problema, puesto que él representa esa misma pureza, pero dentro de Unión por la patria.
Es por ello que ambos dirigentes hoy le apuntan sin piedad a Juan Grabois. Sin tener en cuenta que al votante al cual le hablaban era exégetas del peronismo desencantados con la parsimonia de Alberto Fernández. Eso no es realmente ninguna mayoría, por ejemplo Milei buscó una base social en el trabajador monotributista que no tiene aportes, que sabe que cualquier paso en falso significa despido. Los jóvenes de la moto y la enorme mochila cuadrada.
Es que tal vez no hay un dirigente del peronismo que vea a ese nuevo sujeto social, aún se piensa mucho en el obrero metalúrgico al que le hablaba Perón, que si bien aún existe no es ni por asomo el trabajador a quien más le violan derechos.
La figura de Grabois es un problema para la izquierda troskista y para el peronismo que funciona por fuera de Unión por la patria. Ni los insultos, ni las simpáticas canciones de campaña parecen encontrar votantes para estos dirigentes, solo un ejército de fanáticos que los defienden en Twitter.
Tanto Moreno como Cuneo son dos panqueques acomodaticios que lucran con la esperanza del pueblo. El único espacio nacionalista y peronista ortodoxo es el FRENTE PATRIOTA FEDERAL con la candidatura del Dr. César Biondini.